La agricultura enfrenta el desafío de producir más alimentos, mientras cuida y regenera los recursos naturales. Innovar y preservar se ha vuelto esencial para garantizar un futuro sostenible y para posicionar al agro como parte de la solución al cambio climático.

Un modelo global para el aprendizaje agrícola

Bayer ForwardFarming es una iniciativa global que promueve la agricultura regenerativa fomentando prácticas que abordan la salud del suelo, la conservación del agua y el uso responsable de productos fitosanitarios. Con 30 centros en 14 países, no sólo busca mejorar la productividad agrícola sino también restaurar los ecosistemas y reducir la huella de carbono.

“La agricultura regenerativa, para nosotros, tiene que tener tres criterios principales. El primero, ofrecer al productor más productividad y más eficiencia. El segundo, dejar el recurso mejor de lo que lo encontramos. Y el tercero, generar oportunidades para agregar valor en ese proceso”, explica Alejandro Girardi, líder de Asuntos Agrícolas y Sustentabilidad de Bayer LATAM.

La red de Bayer ForwardFarming no solo se enfoca en tecnologías innovadoras, sino que también fomenta la colaboración.

Girardi resaltó la importancia de trabajar con productores agrícolas interesados en compartir sus aprendizajes. “Que tengan una inquietud de innovación, en cuanto a la sustentabilidad, y que

estén dispuestos a abrir sus puertas y mostrar a distintos públicos y audiencias”, explicó.

A través de estos centros, Bayer impulsa alianzas entre productores, universidades, centros de investigación y actores de la cadena de valor. Esta red permite implementar mejoras continuas en la agricultura.

La red de Bayer ForwardFarming no solo se enfoca en tecnologías innovadoras, sino que también fomenta la colaboración.

Girardi resaltó la importancia de trabajar con productores agrícolas interesados en compartir sus aprendizajes. “Que tengan una inquietud de innovación, en cuanto a la sustentabilidad, y que estén dispuestos a abrir sus puertas y mostrar a distintos públicos y audiencias”, explicó.

A través de estos centros, Bayer impulsa alianzas entre productores, universidades, centros de investigación y actores de la cadena de valor. Esta red permite implementar mejoras continuas en la agricultura.

El nuevo Bayer ForwardFarming de la Argentina

Tras el primer centro de Bayer ForwardFarming en el país, desarrollado con Agrícola Testa, empresa agropecuaria familiar de Pergamino, se acaba de presentar el segundo centro, ubicado en General Cabrera, provincia de Córdoba: la empresa agroindustrial Prodeman, de la familia Cavigliasso.

Desde que Miguel Cavigliasso llegó desde Italia en 1888, la actividad de esta firma ha evolucionado hacia la producción de cultivos como el maní, la soja, el maíz y el trigo. Con una combinación de tradición e innovación, la familia desarrolló un modelo de sostenibilidad, a través del equilibrio entre la productividad agrícola y el cuidado del medioambiente.

En 2020, Prodeman inauguró el Cropmix, un espacio de 318 hectáreas con suelo francoarenoso, diseñado para demostrar buenas prácticas agrícolas y capacitar a productores. Aquí, la familia Cavigliasso muestra cómo integrar el cultivo del maní en sistemas productivos sostenibles aplicando, además, tecnologías avanzadas para la mejora continua del suelo.

Este establecimiento es un ejemplo del impacto positivo de Bayer ForwardFarming. Allí no solo produce maní, sino que lo integra en una cadena de valor que va desde los campos, a los mercados internacionales, a las góndolas de supermercados en todo el mundo, hasta llegar a la mesa de un consumidor.

Girardi destaca el valor de esta colaboración para medir y mejorar cada etapa del proceso productivo: “Ahí podemos medir toda esa cadena y las distintas ineficiencias que se generan, y cómo mejorar el impacto ambiental que ese producto tiene”.

El trabajo con Prodeman también se centra en evaluar la huella ambiental de sus cultivos. Esto incluye indicadores como la huella de carbono y la hídrica. “Estamos en un aprendizaje, no tenemos todas las respuestas, pero sí sabemos que tenemos el compromiso de medirlas, demostrarlas y mostrarlas a quien quiera visitarlo”, sostiene el ejecutivo de Bayer.

En este contexto, el maní es un cultivo clave. Su producción refleja cómo la agricultura regenerativa puede combinar eficiencia productiva con sostenibilidad. La cadena de valor completa, desde el cultivo hasta la distribución, sirve como modelo para otras regiones agrícolas y demuestra cómo prácticas regenerativas pueden beneficiar tanto a la economía como al medioambiente.

“Para nosotros es una gran oportunidad y un desafío. Es una semillita al futuro, a las nuevas generaciones y al mirar nuestros inicios, hace 40 años, vemos todo lo que se construyó. Empezamos con 20 personas y hoy hay 650 familias que trabajan con nosotros”, expresó Ivana Cavigliasso, directora de Prodeman.

Un compromiso con el futuro

El modelo de Bayer ForwardFarming destaca el valor de la colaboración en el desarrollo agrícola. La combinación de prácticas sostenibles, tecnologías avanzadas y aprendizaje continuo impulsa un enfoque regenerativo.

Como parte de esta red, Prodeman demuestra cómo se pueden incorporar sistemas sostenibles sin comprometer la productividad. El trabajo conjunto refuerza la importancia de cuidar el medioambiente mientras se busca una mayor eficiencia.

“Para nosotros, la agricultura regenerativa es un viaje, no es un destino. Es un mejoramiento continuo. Hay muchas áreas en las que podemos mejorar. Está, por supuesto, el recurso suelo, que es el primero, pero también tenemos la intención de medir la huella de carbono, la huella hídrica y el impacto de las soluciones que son utilizadas en el campo”, Girardi.

Con iniciativas como esta, la agricultura avanza hacia un futuro más sustentable. Bayer ForwardFarming se compromete con el desarrollo agrícola y también con la generación de conocimiento y el cuidado del medioambiente.