La agricultura moderna no sólo enfrenta el desafío de alimentar a una población creciente, sino que también tiene el potencial de ser una solución clave en la lucha contra el cambio climático.

Para lograr este objetivo, la sustentabilidad y la implementación de principios de agricultura regenerativa, como la devolución de nutrientes al suelo, la reducción de la huella de carbono y la regeneración de los recursos naturales, el sector agrícola puede transformar su impacto ambiental en un aporte positivo para el planeta.

En esa línea, la implementación de buenas prácticas agrícolas es clave para garantizar la eficiencia en el sector. Estos principios buscan optimizar los recursos, minimizar impactos negativos en el medio ambiente y asegurar la calidad de los productos. En definitiva producir más con menos.

Principios fundamentales
de las buenas prácticas agrícolas

El programa “Yo aplico responsablemente”, desarrollado por Bayer, promueve tres pilares principales para la implementación de buenas prácticas agrícolas.

Pablo Fernández Poeta, líder en Sustentabilidad y Agricultura Regenerativa de Bayer, explica que este programa busca facilitar el cumplimiento de normativas por parte de los productores: “El productor tiene la obligación de cumplir con las normas y leyes. Nosotros trabajamos para hacérselo más fácil, para que tenga a mano qué es lo que debe cumplir”

Asimismo, el profesional reconoce que muchas veces los productores ya cumplen con las regulaciones. El programa no solo se centra en la eficiencia y el cumplimiento normativo, sino que también promueve prácticas que contribuyen a la regeneración de los ecosistemas agrícolas, apoyando la conservación del suelo, el agua y la biodiversidad.

Sistema Phytobac: una solución clave en agricultura regenerativa

Desarrollado también por Bayer, el sistema Phytobac es una tecnología diseñada para manejar de manera eficiente las aguas residuales generadas en las labores agrícolas.

Este sistema consiste en una cama biológica que mezcla suelo y paja, lo que permite la degradación natural de los residuos químicos. Ofrece un control riguroso sobre estos desechos y evita que contaminen el ambiente.

“El concepto Phytobac es el cierre final de todas las labores agrícolas relacionadas con la pulverización y el principal beneficio es el cuidado de recursos finitos, como lo son el agua y el suelo”, afirmó el líder en Sustentabilidad y Agricultura Regenerativa de Bayer.

En tal sentido, este sistema permite que los productores tengan una alternativa segura para disminuir el impacto ambiental del agua utilizada y desechada en el lavado y enjuague de los equipos.

Desde 2018, Phytobac ha crecido de manera exponencial en la Argentina. El primer sistema fue instalado en el Bayer ForwardFarming de Pergamino, y hasta el momento se han instalado 23 sistemas en distintas regiones del país. Para febrero de 2025, se espera llegar a 31 instalaciones, incluyendo la de Prodeman. El sistema Phytobac es un claro ejemplo de cómo la innovación en agricultura regenerativa puede cerrar ciclos productivos, devolviendo al suelo su capacidad natural de regeneración y protegiendo recursos tan vitales como el agua.

Beneficios ambientales y económicos del manejo de aguas residuales

El tratamiento adecuado de aguas residuales en la agricultura aporta beneficios tanto ambientales como económicos.

Este enfoque reduce la contaminación, protege los recursos hídricos y disminuye el impacto ambiental de las actividades agrícolas. Al mismo tiempo, permite a los productores optimizar el uso del agua, lo que se traduce en ahorros significativos y en una gestión más responsable de los recursos.

En el marco del programa “Yo aplico responsablemente”, Bayer promueve el uso de herramientas y prácticas que contribuyen a una agricultura regenerativa. Estas estrategias incluyen la recuperación de envases, la certificación de procesos y la implementación de tecnologías como el sistema Phytobac.

Estas acciones refuerzan el compromiso del sector agrícola con la sostenibilidad. El futuro de la agricultura dependerá, en gran medida, de la adopción de prácticas responsables y de la innovación tecnológica.

Sistemas como Phytobac y programas integrales como “Yo aplico responsablemente” no solo optimizan los recursos agrícolas, sino que también posicionan al agro como un sector clave en la reducción de la huella de carbono y en la restauración de los ecosistemas. La adopción de estas prácticas refuerza el rol del campo como aliado en la construcción de un futuro más sustentable.