El artista colombiano presenta su nuevo disco, en el que descubre los secretos, las texturas y los sonidos de la “región anfibia”
Los bichos rechinan, los pájaros vuelan, el ir y venir de la vegetación sopla como el viento, el agua corre y gotea, la selva respira. Son los primeros segundos de un viaje hacia lo profundo de la “región anfibia”, el corazón rítmico de la Colombia cumbiera. El capitán es nada más y nada menos que Carlos Vives.
En permanente movimiento creativo, su recorrido continúa: ahora, dejó a un lado la bicicleta para subirse a una embarcación y entregarse a las aguas del Río Grande de la Magdalena, principal arteria fluvial de Colombia. La misión fue investigar en las profundas raíces de la cumbia para traer su historia ancestral a esta era.
El resultado es “Cumbiana, música del cielo, del agua y de la tierra”, un álbum de 10 tracks en los que el artista conjuga pasado y presente, mientras actualiza y lleva al futuro a su habitual mezcla de estilos: el reggaetón se combina con la salsa, el vallenato le abre la puerta al pop, lo tradicional encuentra otro sentido al unirse a lo moderno. Y no lo hizo solo, ya que invitó a su trip a distintos artistas, entre íconos de la música popular y nuevas voces.
Así como viajó por Colombia para descubrir los secretos milenarios de la cumbia, Vives también hizo un extenso recorrido para registrar el álbum en distintos estudios de grabación, ubicados entre Estados Unidos, Reino Unido, España y, por supuesto, en su país de origen.
Así se escucha “Cumbiana”
Deslizá y lee a Carlos Vives
1. “HECHICERA”, con Jessie Reyez
Está inspirada en una mujer poderosa. Esta, en particular, es una mujer chimila, anfibia, muy misteriosa, con una mirada profunda, completamente mágica, sabia. Siempre me recordó a Bachué, esa diosa colombiana salida de las aguas. El espíritu de esa mujer se vuelve real con Jessie Reyez; ella es una hechicera y lo van a sentir en el timbre de su voz, que es igual a su mirada. Y, claro, ocurrió por eso de la “colombian connection”, jajajajaja.
2. “NO TE VAYAS”
Es una historia de amor, de conquista, que son las historias que más me gustan en las canciones. Es un sambapalo cartagenero con melodías vallenatas. Es una historia de amor que termina frente a una chimenea en alguna casa de Bogotá.
3. “FOR SALE”, con Alejandro Sanz
Es el tipo de historia que nos marca a los hombres para toda la vida. Es apostarle al amor y morir en el intento, pero nos deja una lección importante: el amor no se construye con base en lo material. Es un corazón partío, una puya de Gaita que se fue de los montes de María a buscar a Alejandro Sanz allá por el Guadalquivir, a Sanlucar de Barrameda, Doña Ana. Me dicen que por allá lo cogieron los gitanos y lo mandaron con una nota destinataria que decía: “A la Nueva Andalucía”.
4. “EL HILO” con Ziggy Marley & Elkin Robinson
Quería hacer una canción tayrona que hablara del hilo que ellos se amarran en las muñecas, que como gesto de amistad tienen con nosotros sus hermanos menores. Quería usar palabras mágicas arhuacas y kogis para escribir una canción de amor, de fraternidad, de asegurarnos y cuidarnos. Esta canción se unió al destino de mi compromiso con el músico de Providencia, el señor Elkin Robinson y a la promesa de conectar dos caribes muy diferentes en su origen.
1/2
Una canción que nos deparó una sorpresa increíble con la llegada de Ziggy Marley y la conexión jamaiquina. A todo el equipo nos marcó profundamente esta experiencia, semejante unión de culturas, escuchar a Ziggy y a Elkin hablar de la Sierra, de los chimilas, del río grande. El resultado salta a los oídos.
2/2
5. “CANCIÓN PARA RUBÉN”, con Rubén Blades
Es una carta de amor a Panamá, una canción que escribí para Rubén Blades y por ahí mismo para la familia de la salsa que une a tantos países, pero sobre todo para celebrar esa conexión colombo-panameña que es muy profunda y musicalmente muy rica con sus cantos de ida y vuelta. Algo del típico, de los tamboritos, y así comenzó. A Rubén le gustó y después la marcó de una manera muy particular. Y aunque por supuesto la escribí pensando en él, todo lo que le inspiró hacer con ella le dejó ese sello indeleble de Rubén.
6. “VITAMINA EN RAMA”
Está inspirada en esos patrones de la música popular, como el porro palitiao y la champeta. Tiene esa forma popular de decir las cosas, recochera, muy alegre, pero con un mensaje hacia el reino vegetal. Una canción con visos de jingle publicitario de pueblo. Hay en ella un ensamble vocal neoyorquino, ellos se llaman “Cover Story DooWop” que le dio un swing increíble.
7. “LOS CONSEJOS DEL DIFUNTO”
Fue construida sobre un patrón de tambora de nuestra cultura anfibia. Ella es esa canoa donde comparto con la gente mensajes, mis lecciones de vida, mis aprendizajes y hablamos de los misterios de la vida. Es ese ritmo que rompe el agua con muchos remos, es una canción del país de los pocabuyes.
8. “RAPSODIA EN LA MAYOR (PARA ELENA)”
“Con delicado acento me dijo que tomara asiento y al piano se sentó…”. Había descubierto a Queen y estaba completamente fascinada. De alguna manera, esta canción es la felicidad de un papá que descubre en su hija la pasión por la música. Me senté a escribir y lo primero que hice fue algo así como una letra. Busqué una armonía que se pareciera a Elena, una melodía, un arreglo y unos músicos elegantes como ella. Y te vas a dar cuenta de que su voz acompaña esta canción. Es cumbia, también es candombe, pero es sofisticada como ella.
9. “CUMBIANA”
Es un sueño. Es el pensamiento que me acompaña cuando voy y vuelvo por ese territorio anfibio. Es una declaración de amor a la madre Sierra y a la madre agua. Es una cumbia íntima y es la esperanza de que a fuerza de pensarlo y de decirlo se convierta en una realidad.
10. “ZHIGONEZHI”
Es un seis octavos precolombino. ¿Precolombino? Sí, un poco de arqueología con un antropólogo de la música como es Ernesto Ocampo. Nos trajo al estudio la siguiente teoría: imaginemos que no ha llegado Europa a la música de América, sin armonías y sin tonos menores. Así sonaría entonces un ensamble prehispánico en la era de los nuevos sonidos.
1/2
Todo a partir de una simple flauta arhuaca (uno de los mejores guitarristas de Colombia me dijo que le había tomado cuatro años para que su flauta empezara a sonar). La llamamos “Zhigonezhi” por el significado de la palabra o concepto Kogui: “ayúdame que yo te ayudaré”. Si mañana hiciéramos para el cine animado el mundo perdido de los Tayronas, esto definitivamente podría ser parte de su banda sonora.
2/2
Escuchar aquí
Así se ve "Cumbiana"
Además de las canciones, "Cumbiana" también tiene su correlato visual en los videoclips: "No te vayas", coloreado por los vaivenes del amor; y "For Sale", en el que Vives y Alejandro Sanz atienden a una clientela de lo más diversa en una venta de garage.
Próximamente estará disponible “El mundo perdido de Cumbiana”, un documental que pone el foco en el recorrido que implicó la investigación. Allí se lo ve a Vives en acción, tanto en el estudio como también desandando los caminos para encontrar la herencia indígena en la cumbia, con alucinantes paisajes colombianos de escenario.
Para seguir a Carlos Vives en este viaje, se puede emitir un pasaporte en cumbiana.com