¿Qué hubiera pasado si una pandemia como la actual hubiese ocurrido 50 años atrás? Los disparadores que genera la pregunta son tan amplios que podría causar un debate interminable sobre las diferencias entre aquella época y la actual. Pero hay un hábito, una costumbre, una manera de relacionarse que no podría haber sucedido y que, con el actual contexto de aislamiento, aminora los sentimientos de encierro: la videollamada.
Ante la situación de aislamiento, son muchas las familias que están separadas y las personas que se encuentran solas en su casa pero, una simple videollamada con los seres queridos contribuye a mitigar esos sentimientos que afloran durante los días difíciles de encierro, además de beneficiar el estado emocional. Ya sea para charlar y ponerse al día, jugar un juego o compartir un trago o un mate a la distancia, la única forma de comunicarnos, es de manera virtual.
En la rutina parece una actividad simple debido al avance de la tecnología y las herramientas con las que contamos en la actualidad. Con solo hacer click en la aplicación y elegir la persona con la que queres conectarte, en pocos segundos, uno puede estar viendo y escuchando a otra persona sin importar su ubicación física. Pero detrás de esta acción que no reviste complejidad y lleva unos pocos segundos hay toda una estructura tecnológica y humana que se encarga de que esto funcione a la perfección. Maximiliano Córdoba, Rogelio Juárez, Mario Aguiar y Martín Pagano son 4 eslabones de una cadena enorme de trabajo que permite que a cualquier hora, las personas puedan realizar una videollamada, hacer un trámite bancario de manera online y hasta trabajar o estudiar -por solo nombrar alguna de las tantas actividades que requieren Internet-.
Con trabajos totalmente diferentes pero con igual relevancia para la sociedad, los cuatro empleados que trabajan para Movistar, se encargan de que, tanto Internet como las llamadas, funcionen en cada uno de los hogares del país.
Luego de muchos años de esfuerzo y dedicación, Mario Aguiar se destaca como líder de Operación de Red pero en el pasado fue especializándose en otras áreas ya que está en la empresa desde el año 1984, una época en la que según él “trabajaba en los mismos conmutadores que lo hacen las empleadas de la famosa serie “Las Chicas del Cable””. Su trabajo consiste, nada más y nada menos, que en el mantenimiento de toda la red urbana e interurbana de fibra óptica y equipos de comunicaciones asociados a la misma en Mar del Plata y zonas aledañas.
Su función es sustancial para mantener comunicadas a las personas, comercios, empresas y hasta órganos del Gobierno. No hace falta aclarar entonces porque su trabajo es esencial, a pesar de que, por lo general, las personas suelen reconocer solamente el esfuerzo de los trabajadores médicos, bomberos y policías. ¿Qué sucedería si personas como Mario dejaran de hacer su trabajo? Las consecuencias podrían llegar a ser catastróficas para una sociedad tecnológica.
En una entrevista con Infobae, Mario narró cómo fue el comienzo de la pandemia para él y qué sentimientos le generó: su alegría por encontrarse de vacaciones con su familia en Brasil fue tiñéndose de angustia cuando tomó dimensión de la situación. La incertidumbre de no saber si iba a poder volver sumado a la congoja por no poder colaborar con sus compañeros, llevaron a que tome su vehículo y cruce la frontera 6 horas antes de que esta cierre. Luego de dormir por dos días en la ruta, llegó a su hogar donde comenzó la cuarentena correspondiente junto a su familia.
A la hora de preguntarle acerca de los desafíos que la pandemia presentó, por supuesto que el más importante es mantener el servicio de comunicaciones en condiciones óptimas para satisfacer adecuadamente las exigencias actuales frente a un contexto totalmente distintos: “A nivel grupal, el objetivo ha sido dar la mejor respuesta posible para la sociedad, más aún en condiciones donde el uso de ancho de banda y servicios similares creció de manera exponencial”. Para lograrlo, Mario tiene que trasladarse todos los días para cumplir con sus tareas. De manera muy calma y sensata se preguntó “¿Por qué debería de tenerle miedo al virus si mueren más personas en accidentes de tránsito?. Por supuesto que la preocupación está, pero desde la empresa se tomaron las medidas necesarias -alineadas con las propuestas por el Gobierno Nacional-, para trabajar de manera correcta y poder superar esta situación de contingencia.
Citando a Albert Einstein y con una mirada optimista, Mario llama a apelar a la creatividad, capacidad de adaptación y resiliencia de las personas para superar “esta prueba”.
Del otro lado se encuentra Martín Pagano que, a pesar de estar en la empresa desde 1999, en 2014 comenzó a cumplir con su cargo de operador de NOC -Network Operations Center-, en Movistar Argentina para el centro de supervisión de red. El trabajo consiste en supervisar la red de equipos e infraestructura de telecomunicaciones desplegada a lo largo y ancho de la Argentina. A la hora de hablar sobre el comienzo de la pandemia, Martín aseguró que, a sabiendas de lo que sucedía en Asia y Europa, con sus compañeros estaban constantemente informados sobre la situación para poder tomar medidas con anticipación. Allí comenzaron a probar los sistemas de conexión remoto: esto significa preparar las computadoras, los recursos, los servidores de conexión. Esto mismo se replicó en los distintos sectores para poder resolver, de manera anticipada, cualquier inconveniente que pudiera surgir. Semanas después, comenzaron con el trabajo a distancia y, desde entonces, no volvieron a la oficina.
“Más que miedo, es un desafío”, sostiene Martín durante la entrevista. Su labor contribuye a que gran parte de las personas puedan continuar haciendo su trabajo, además de poder conectarse con sus familias y amigos para poder saber cómo se encuentran: “Nuestro trabajo permite que los que se quedan en su casa puedan estar comunicados con los seres más queridos y aquellos que deban movilizarse puedan comunicarse en cualquier momento del día, estén donde estén”.
En momentos donde las personas sienten angustia por no poder estar cerca de sus seres queridos, trabajadores como Maximiliano, Rogelio, Mario y Martín, dedican su día para que esa videollamada sea posible. Aquel llamado donde festejas el cumpleaños de tu amigo, donde compartis una copa de vino con tu familia o simplemente para saludar a un abuelo y preguntarle cómo se siente. Su labor es esencial en este momento donde la incertidumbre tiñe los demás sentimientos.