La huella de carbono es un indicador ambiental que expresa la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes, y sirve como una útil herramienta de gestión para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, cómo podemos mejorarlas y realizar un uso más eficiente de los recursos, con la finalidad de generar un impacto positivo en el medio ambiente.
Hoy en día, la agricultura está en el centro de las discusiones sobre cambio climático. Como sector, es uno de los contribuyentes principales para el cambio climático, siendo responsable de casi un cuarto de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Pero al mismo tiempo, los productores, de quienes dependemos para obtener alimentos, enfrentan situaciones climáticas cada vez más adversas, tales como inundaciones y sequías, las cuales afectan su producción y su sustento.
La agricultura contribuye al cambio climático y es a la vez víctima del mismo, sin embargo, tiene el potencial para poder ayudar a resolver esta crisis mediante la implementación general de prácticas climáticamente inteligentes que no solo reducen las emisiones, sino que también eliminan el carbono de la atmósfera.
Las prácticas agrícolas sustentables como, por ejemplo, la siembra directa o la rotación de cultivos, han demostrado ser exitosas en la conservación de nutrientes para los suelos. El trabajo en el campo, de una manera adecuada, puede ayudar a resolver la crisis climática mediante la implementación de estos sistemas modernos de producción.
Es por eso que, desde la compañía, se promueve la práctica de una agricultura moderna y eficiente, capaz de ayudar a cumplir con el doble objetivo:
La neutralidad en carbono o carbono neutro se alcanza cuando una empresa o persona compensa la misma cantidad de CO2 equivalente a la emitida.
Las vías de absorción son varias; entre ellas se ofrecen
soluciones naturales para la compensación de la huella de carbono como por ejemplo la plantación de árboles nativos.
Los árboles, durante su crecimiento, absorben o “secuestran” CO2 convirtiéndose, a largo plazo, en un sumidero de carbono para todos y un pulmón para el mundo.
Otras maneras de compensar las emisiones de CO2 son
la implementación de buenas prácticas ambientales que tienden a la eficiencia de los procesos y utilización de recursos disminuyendo las emisiones directas e indirectas;
la captura y almacenamiento de carbono a largo plazo, por ejemplo en formaciones geológicas o en profundidades marinas, lo que se denomina secuestro de carbono o reducción mediante la compensación de carbono. Esto consiste en equilibrar las emisiones emitidas en un sector determinado mediante la reducción de CO2, equivalente en otro lugar mediante derechos de emisión o bonos de carbono (carbon offsetting).
“Es en este recorrido en el queremos estar cerca de las personas -nuestro recurso más importante-, ayudando a los agricultores a mejorar la producción de alimentos y brindar soluciones a medida que colaboren con la captura de carbono en los suelos, para que la agricultura se transforme en una solución al cambio climático. Queremos hacerlo JUNTOS. Ese es nuestro compromiso para cuidar lo bueno”, concluyeron desde la compañía.
El suelo es una de las formas más efectivas de secuestrar carbono. Incentivar a los productores para que adopten prácticas como la siembra directa, el uso de nitrógeno de precisión o los cultivos de cobertura, ayuda a secuestrar aún más el carbono en el suelo, reducir el uso de combustibles fósiles y reducir los gases de efecto invernadero. Si bien, en la actualidad, a los productores se les paga por sus cosechas,
quienes participen en el futuro de la Iniciativa de Carbono tendrán la oportunidad de ser recompensados por sus mejores prácticas de gestión agrícola y otros esfuerzos de sustentabilidad.
Gracias al trabajo conjunto entre los equipos de la compañía y académicos de distintas instituciones y universidades -más la experiencia obtenida del programa llevado a cabo en Brasil- se pudieron adquirir valiosos conocimientos para seguir avanzando hacia un futuro con carbono neutral.
Con esta iniciativa, Bayer busca convertirse en pionero en la construcción de una agricultura más sustentable; y no sólo basada en la reducción de emisiones, sino también en la eliminación de gases de efecto invernadero ya presentes en la atmósfera.
“Somos líderes en el sector agrícola y farmacéutico; sabemos que tenemos una gran responsabilidad. Con la ayuda de la ciencia y la tecnología nos comprometemos a tener operaciones 100% neutras en carbono y a reducir 30% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030”, afirmaron desde Bayer.