La “Tierra de Lagos y Volcanes”, como popularmente es conocida Nicaragua, ofrece infinitas travesías y aventuras por sus paisajes. Playas de arenas blancas con aguas cristalinas y postales de ensueño que invitan un asombroso atardecer a orillas del mar, mientras los emblemáticos volcanes proponen una experiencia llena de adrenalina. Arena, mar y fuego, una combinación de pequeños paraísos que da inicio a un recorrido único.



El viaje comienza en el Caribe nicaragüense, que según destacan los lugareños, se trata de las mejores playas vírgenes de Centroamérica. El destino por excelencia es Corn Island, distinguida como “la gema del Caribe”. Un Patrimonio Turístico Nacional que se destaca como una de las mayores bellezas naturales del país y el secreto mejor guardado de Nicaragua.

La “Tierra de Lagos y Volcanes”, como popularmente es conocida Nicaragua, ofrece infinitas travesías y aventuras por sus paisajes. Playas de arenas blancas con aguas cristalinas y postales de ensueño que invitan un asombroso atardecer a orillas del mar, mientras los emblemáticos volcanes proponen una experiencia llena de adrenalina. Arena, mar y fuego, una combinación de pequeños paraísos que da inicio a un recorrido único.

El viaje comienza en el Caribe nicaragüense, que según destacan los lugareños, se trata de las mejores playas vírgenes de Centroamérica. El destino por excelencia es Corn Island, distinguida como “la gema del Caribe”. Un Patrimonio Turístico Nacional que se destaca como una de las mayores bellezas naturales del país y el secreto mejor guardado de Nicaragua.

Sus playas de arena blanca, con aguas turquesas y clima cálido son propicias para nadar y practicar deportes acuáticos tales como el snorkel, buceo o pesca en alta mar. A simple vista, se pueden observar los arrecifes gracias a la cercanía con la superficie y se pueden capturar fotografías acuáticas increíbles.



Además, quienes deseen aventurarse en una segunda opción, pueden trasladarte a la Laguna de Perlas, un grupo de islas llamado Cayos Perla. Este paraíso sacado “de un cuento de hadas” se ubica en el vibrante Caribe nicaragüense, a tan solo 35 kilómetros de la ciudad. La única condición: estar preparados para una jornada de relax, tranquilidad y exquisitos sabores.

Arenas negras y una historia poética

Para la siguiente cita, nos trasladamos al occidente nicaragüense, precisamente a la ciudad de Chinandega, situada en la Costa Azul, al sur de Corinto. Las aguas cálidas y relativamente calmas de sus playas proponen una velada inolvidable. En el lugar, los viajeros tienen la posibilidad de realizar paseos en bote para observar las playas aledañas como el Espigón y la isla El Cardón, donde en 1908 el poeta universal Rubén Darío escribió el poema “A Margarita Debayle”.



Por otra parte, la playa Estero de Aserradores es un paraíso que posee la única marina de categoría en Nicaragua. Su diferencial tiene que ver con sus arenas negras y sedimentos volcánicos.



Otros destinos naturales que presenta el país son las aguas de Poneloya y Las Peñitas, hermosas playas de arena volcánica ubicadas en León, ideales para practicar surf. También, en el departamento se pueden disfrutar las playas Hermosa, Miramar, El Velero y El Tránsito, que a través de sus costas planas y estructuras rocosas, aportan una panorámica increíble.

Quienes no desean alejarse mucho de la capital, a poco menos de una hora se encuentran las playas de Masachapa y Pochomil. Se trata de poblados de pescadores que han desarrollado una amplia oferta turística con alojamientos y restaurantes de calidad.



Al sur del país, en Rivas se encuentran las mejores playas del Pacífico. En esa línea, San Juan del Sur es un verdadero paraíso de sol y arena, destino favorito entre lugareños y extranjeros. Uno de los lugares turísticos más importantes del país, famoso por su vida nocturna, su variada oferta de recreación y postales mágicas. Su toque tropical le brinda al turista una estadía inolvidable.



Finalmente, a tan solo 25 minutos de la bahía de San Juan del Sur, se encuentra el último secreto: las playas Hermosa y El Remanso. Dos destinos ideales para surfistas principiantes, mientras que la playa El Yankee es perfecta para los más experimentados. También, en Tola, Jiquiliste, Colorado y Popoyo se pueden apreciar magníficas olas, exquisita gastronomía a base de mariscos y todo tipo de opciones de alojamiento.

Una experiencia de adrenalina entre volcanes

La región del Pacífico acoge a una veintena de volcanes, de los cuales siete se encuentran activos. La aventura empieza por los volcanes San Cristóbal y Cosigüina, ubicados en Chinandega. El primero representa un reto para quienes desean vivir una experiencia al máximo, ya que se trata del volcán más alto de Nicaragua. Escalar hasta su cima es la travesía favorita de muchos turistas. Mientras, el volcán Cosigüina -inactivo- tiene en su interior una laguna cratérica de 1,5 km2. Desde su cima, se puede apreciar el Golfo de Fonseca, El Salvador y Honduras.



A continuación, en el volcán Cerro Negro la recomendación es practicar sandboarding: una experiencia extraordinaria sobre angostas tablas de madera que se deslizan por el volcán más joven de Centroamérica, y uno de los más activos del país. La arena fina de su superficie propicia velocidades de hasta 60 kilómetros por hora.



Además, León ofrece una gran cantidad de aventuras volcánicas por Telica y El Hoyo. Al arribar Telica, la subida toma entre 7 y 12 horas. Los amantes de la adrenalina suelen realizar camping en la cima para apreciar la lava volcánica que solo puede ser vista por la noche. Al pie del gigante, se encuentran las fumarolas, conocidas como los Hervideros de San Jacinto.

En relación, el activo volcán Masaya, situado en el Parque Nacional Volcán Masaya, es uno de los más accesibles para los viajeros. Allí, la vista es impresionante y se caracteriza principalmente por constantes columnas de humo y gases. Por la noche, en la cima se puede apreciar la lava al fondo del cráter.



Esta maravilla natural, conocida como “La boca del infierno” refiere al 1528, momento en el cual se colocó una cruz conocida como la “Cruz de Bobadilla”, con el objetivo de exorcizar al diablo. Una cita obligada en el lugar es recorrer los senderos del complejo volcánico y visitar las cuevas subterráneas formadas por lava de antiguas erupciones.



Por otro lado, en la colonial Granada se encuentra el imponente volcán Mombacho. Una reserva natural totalmente cubierta de vegetación que presenta un ecosistema con más de 750 especies de flora y 250 de fauna. En la cima se pueden realizar diferentes senderos que varían en cuanto a su dificultad y distancia, donde se puede apreciar paisajes panorámicos de la ciudad y las isletas de Granada, Masaya, el lago Cocibolca y parte de la costa del Pacífico nicaragüense.

Los últimos destinos volcánicos de Nicaragua son Maderas y Concepción. Maderas se sitúa en la isla de Ometepe, la única isla en el mundo con dos volcanes en medio de un lago de agua dulce. En el circuito a la cima de esta obra de arte natural se puede disfrutar distintas cascadas de agua fresca y observar petroglifos realizados por los primeros habitantes de la isla. En el cráter de este volcán se encuentra una laguna, un paisaje boscoso y una vista que quita el aliento por su espectacularidad. A su vecino, el volcán el Concepción, se puede llegar fácilmente a través de sus faldas y realizar diferentes senderos en la zona de amortiguación de la reserva.



No cabe duda que en Nicaragua hay un sinfín de experiencias por descubrir. Desde la aventura más relajante a orillas del mar hasta la máxima travesía por volcanes. El primer paso: planear un viaje por la “Tierra de Lagos y Volcanes” y disfrutar de sus maravillosos paisajes.